meta expr:content='data:blog.isMobile ? "width=device-width,initial-scale=1> Cómo no ser una oveja

NO SOY UNA OVEJA

   Soy una persona que no se cree las mentiras que salen en los medios de comunicación.


No me creo que el coronavirus causante del Covid-19 sea natural, como se empeñan en decir los medios de desinformación, sino que es fruto de la ingeniería genética. Ya la RAI (la radiotelevisión italiana) hablaba de que en un laboratorio chino en 2015 se estaba experimentando con un supervirus que podía crear graves problemas respiratorios, podéis ver el vídeo aquí (a partir del minuto 04:57). Vaya, qué casualidad, como el SARS-Cov-2, que ha vuelto el mundo del revés.


Nos tratan como imbéciles, y si no tenemos cuidado nos vamos a convertir en eso, aunque para la mayoría de la gente ya es demasiado tarde. No nos podemos dejar llevar por la ola de estupidez que no ya en España, sino en el resto del mundo, nos ahoga.


Nos dicen que tenemos que conservar el trabajo y soportar al imbécil de nuestro jefe porque es muy difícil o casi imposible encontrar otro trabajo, que tenemos que exhibir en cada momento nuestra mejor sonrisa (por eso abundan tanto los anuncios de clínicas dentales y productos relacionados con la salud dental), tener una talla determinada, una casa en propiedad con hipoteca (y su correspondiente alarma de Securitas Direct), familia propia... 


Me niego a seguir el programa porque no soy una oveja, y espero que tú que lees este blog no lo seas, o dejes de serlo.


 

¿SOMOS UN REBAÑO?

Por si teníamos alguna duda de qué somos para quienes mandan no hay más que ver cómo desde el principio se está buscando la inmunidad de rebaño, es decir, no somos más que ovejas para esas personas. Podrían haberlo llamado inmunidad de grupo, o de comunidad. O de manada, por utilizar un símil zoológico. Yo no me considero al menos una oveja, y tampoco formo parte de un rebaño. De hecho nunca me he considerado como parte de la sociedad aunque vivo integrado en ella, pero muy alejado de las convenciones sociales. No sigo a nadie pero tampoco pretendo que me sigan, voy bastante a mi bola.

TENER NOMBRE DE DOMINIO O NO.


Cuando se me ocurrió la idea de empezar con un blog no tenía muy claro si tener un dominio propio o estar en páginas como ésta. Al final he decidido que de momento voy a seguir aquí, pero si este blog se hace popular entonces seguramente me busque un nombre de dominio propio, en alguna página como Namecheap, que al fin y al cabo te da una identidad en internet. Podéis ver a continuación un vídeo sobre esta empresa.